miércoles, 12 de octubre de 2011

UNA HISTORIA DE COMPLICIDADES (Parte 1)

Las fuerzas reaccionarias que detentan el poder en Chile intentan desmovilizar a los estudiantes mediante diferentes recursos, entre los cuales, la amenaza de perder el año, la criminalización de las acciones de protesta y manifestaciones callejeras, las intervenciones directas de la fuerza policial, la desinformación sistemática a través de los medios, la convocatoria a los alumnos que no están en paro en las universidades movilizadas invitándolos a constituir fuerzas opositoras, intentando dividir el movimiento estudiantil, similar a la política utilizada con los sindicatos durante la dictadura.

El gobierno está apostando al agotamiento o, cuando menos, apuesta a cambios en la dirección de las federaciones estudiantiles. También espera el agotamiento por efecto del paso del tiempo, ya que estamos llegando a los meses finales del año, se aproximan la navidad y las vacaciones. Otra forma de apostar al agotamiento y el cierre de las posibilidades, consiste en dilatar la situación hasta la tramitación del presupuesto 2012 con lo cual las demandas se postergan en al menos un año.

En cuanto a cambios en las directivas, vienen las elecciones de nuevos dirigentes de las federaciones estudiantiles de las universidades. Entre éstas es clave para el Gobierno la recuperación de la presidencia de la FEUC, tradicional bastión de la derecha gremialista.

Al interior de las universidades, aparte de acciones violentas como el desalojo de la UCV por la policía uniformada, se presiona a los estudiantes para que depongan el paro y la movilización, amenazando con suspensión de becas, prestamos, servicios de alimentación. Se amenaza también con la reprobación de asignaturas por no rendir exámenes, haciendo que algunos opten por hacerlo salvando el semestre pero rompiendo la movilización, y los otros opten por no rendir exámenes, perder el semestre y enfrentándose a los restantes estudiantes.

Más grave parece la indiferencia generalizada de los docentes quienes, según información de los propios estudiantes, no han hecho comentario alguno sobre el paro y han seguido sus actividades como si se hubiera tratado de un fin de semana algo más largo de lo habitual. Incluso las autoridades han ofrecido garantías pero los docentes hacen caso omiso de ello; esto, por cierto, reviste la mayor gravedad porque evidencia un grado de indiferencia no sólo hacia el movimiento estudiantil sino que hacia la propia universidad que es tremendamente preocupante.

(En próximo blog avanzaremos sobre este último punto)


jueves, 6 de octubre de 2011

FIERA ACORRALADA 2da parte

Continúan los manotazos a diestra y siniestra. Nuevamente los estudiantes y ciudadanos hemos sido reprimidos en las calles a golpes, chorros de agua fétida, gases asfixiantes. Por su parte, el Gobierno continúa impertérrito (o intenta parecerlo).
Por detrás de la puerta se aprueba el proyecto Hidroaysén en Puerto Montt, aprovechando que la atención está puesta en la cuestión educacional. Por otra parte, un grupo de senadores pide que las demandas que hemos reclamado y exigido en la calle pasen ahora a los sillones del parlamento. Allí entre bostezos y componendas quieren redactar las reformas constitucionales. Habráse visto tamaña frescura!
Así, los políticos hacen su parte para conservar el statu quo y seguir profitando de un sistema que critican pero les es muy funcional y cómodo. El gobierno hace la parodia que el país sigue marchando sin grandes novedades (sólo falta que reediten la frase famosa de Lagos, "las instituciones funcionan"). Pero lo real es que el sistema se viene abajo a pedazos.
El Ministro de Educación termina por romper el diálogo al evidenciar la completa intransigencia del gobierno en materia de gratuidad en la educación. "Los pobres no pueden financiar a los ricos", señaló con una frescura digna de mejor causa.
Hipocresía: los pobres han financiado a los ricos en toda la historia. Los ricos son tales porque, entre otras, se han apropiado del trabajo y de la vida de los explotados; porque se apropiaron por la fuerza de las armas de las tierras de los pueblos originarios; porque provocaron guerras como la de 1879 para quedarse con las riquezas del salitre; hoy hacen lo mismo para seguir depredando al país. Primera mentira entonces. La verdad es que SON LOS POBRES QUIENES FINANCIAN A LOS RICOS Y NO A LA INVERSA COMO QUIEREN HACERNOS CREER EL MINISTRO DE EDUCACIÓN Y TODO EL GOBIERNO.
La segunda trampa de la frasecita en comento: "no puede haber gratuidad para todos". Con esto el Gobierno mantiene la postura del Estado subsidiario, que sólo interviene cuando a la empresa privada no le interesa. ¿Quiénes no son buen negocio en educación? LOS POBRES, por supuesto. Entonces el Gobierno propone seguir la política de la dictadura y la concertación (qué vergüenza!) de los bonos y "becas" que son transferidos a los privados, ya sea los bancos o los propios sostenedores y dueños de las instituciones de educación privadas. Por principio, LA EDUCACIÓN DEBE SER GRATUITA, Y A LOS RICOS SE LES PEDIRÁ QUE CONTRIBUYAN SOLIDARIAMENTE YA SEA POR LOS IMPUESTOS, POR ARANCELES DIFERENCIADOS O PAGANDO SUS PROPIOS ESTABLECIMIENTOS, PERO SIN APORTE ESTATAL.
¿Alguien cree que el Gobierno no sabe lo anterior? Por supuesto, lo saben y lo han calculado bien. Pero pedirles que renuncien al lucro, al negocio, es como pedir a un creyente que siga siéndolo aunque negando la existencia de Dios. El negocio, la ganancia, es el alma -el ADN como dicen hoy en día- de la derecha empresarial que nos gobierna.
¿Qué hacer entonces? Arrebatarles el alma, no hay otra solución. NUEVA CONSTITUCIÓN, PERO CON ASAMBLEA CONSTITUYENTE.

miércoles, 5 de octubre de 2011

FIERA ACORRALADA

Suele decirse que una de las situaciones más peligrosas para un cazador es enfrentarse con una presa acorralada, que no tiene escapatoria, puesto que ésta responderá desde la desesperación. Pueden esperarse reacciones extremas que lleguen a la ruptura, la negación, la agresión, las medidas desesperadas.

Algo similar pasa en el país. Tenemos un Gobierno que prácticamente ha sido puesto de rodillas por el movimiento estudiantil y que, en lugar de aprovechar la oportunidad para pasar a la historia como el régimen que puso las bases de la nueva educación y la transformación profunda de la sociedad chilena, se ha puesto en la posición del acorralado que reacciona desesperadamente.

La primera estrategia es la amenaza. El alcalde de Santiago propuso hace unas semanas, sacar a los militares a la calle. El Ministro de Salud amenaza quitar los campos clínicos a universidades estatales, específicamente a la Universidad de Chile. El Presidente de la República envía un proyecto que criminaliza la protesta ciudadana, y de paso da un respaldo post hoc a las medidas del Alcalde de Providencia. ¡Para qué hablar de la amenaza de "perder el año" que ha sostenido sistemáticamente el Ministro de Educación.

El segundo momento de la reacción tiene que ver con la ruptura. De hecho, todas estas reacciones ponen en peligro la mesa de negociaciones que tanto ha costado: el discurso del Presidente respecto que la educación gratuita es injusta y que lo que corresponde es un apoyo diferencial (vía becas o algún otro tipo de beneficio) hacia los sectores más deprivados. Con eso declara que la educación no debe ser gratuita, que debe ser pagada por los usuarios, que la educación es objeto lícito de lucro, y que el rol del Estado sigue siendo subsidiario, es decir, apoyar a los que no pueden.

La agresión es el tercer nivel. Los manotazos del que se ahoga, saltar a la yugular, arremeter con los ojos cerrados. De hecho, el Gobierno ha estado agrediendo física, verbal, psicológicamente al movimiento estudiantil. Los palos y los gases que la policía uniformada reparte con generosidad a diestra y siniestra; las expresiones iluminadas como “inútiles subversivos” o “esta niña endemoniada de la Camila”; la negación e invisibilización de los niños y niñas en huelga de hambre por parte del Ministro de Salud; las expresiones de los voceros del Gobierno (la ex y el actual).

También los medios han contribuido a satanizar el movimiento estudiantil, ya sea presentando los desmanes como lo propio y central de las marchas y manifestaciones; o sugiriendo quiebres y contradicciones en la conducción del mismo; o presentando a los rectores en oposición a los estudiantes.

Hay muchos otros ejemplos de cómo el aparato del Gobierno es incapaz de gobernar, no tiene programa ni propuesta, y al cual los sectores más duros de la derecha están también impugnando por su “centrismo tibio”, esto de coquetear con el centro político.

¿Qué opciones le quedan a este Gobierno que ha perdido el norte, que ya no tiene propuesta programática ni de ningún tipo, que está desacreditado por completo frente a la ciudadanía? A Piñera le queda sólo un año para ponerse al día antes que comience la campaña presidencial.

Ojalá que no esté esperando algún evento que le permita soslayar la crisis, echarle un poco de tierra, tender una cortina de humo aunque sea provisional. Esperar que haya un nuevo episodio de mineros sepultados y rescatados, otra tragedia aérea como la de la Isla Juan Fernández, otro terremoto o cualquier cosa parecida, esa sería la peor de las estrategias.

Sin embargo, los datos de la realidad hasta ahora no sugieren otra cosa. A menos que se cumpla la profecía maya...