lunes, 2 de enero de 2012

AÑO NUEVO, ¿VIDA NUEVA?

La tradicional expresión "Año nuevo, vida nueva" se ha utilizado para muchos propósitos, la mayoría de ellos gestos de buena voluntad. El supuesto que lo estaría respaldando es que un año nuevo marca el inicio de algo, sin tener mayor continuidad con lo anterior. De hecho, en nuestro país la Navidad y el Año Nuevo son dos festividades que marcan el inicio de un ciclo que termina con la vuelta a clases en marzo: enero y febrero son meses de vacaciones para muchos, meses de festivales, en los cuales la política parece entrar en receso.
Pero no hay que dejarse engañar: el pasado sigue presente y la política no se toma receso vacacional.Algunos datos:
  • hubo un cambio de gabinete en que salió el Ministro Bulnes y entró uno nuevo, Beyer
  • Beyer afirma que es un técnico y que no necesita ser político
  • el alcalde de Providencia (ex CNI), Labbé, ha prohibido la matrícula a estudiantes de los liceos de la comuna
  • similar cosa se plantea en la comuna de Ñuñoa
  • todavía hay establecimientos escolares en toma por los estudiantes: son cerca de 40 liceos en todo el país
  • son varios miles los estudiantes que optaron por perder el año escolar antes que rendir sus peticiones y demandas
  • Piñera enfrenta el porcentaje más bajo de aprobación en los últimos 20 años así como el más alto porcentaje de rechazo
Todo esto parece indicar que el año nuevo no traerá una vida nueva, diferente a la vivida, sino que ésta se intensificará, con mayor presencia aunque diferente quizás a la observada en 2011.
Los datos disponibles indican que para el Gobierno el paro estudiantil no significó nada: siguen igual en la postura ideológica, negando insanamente la realidad, y buscando desesperadamente levantar una administración (ya que gestión parece no haber – nadie puede gestionar sin un proyecto de sustento).
Llamar a un “técnico” al ministerio de educación significa que el Gobierno desconoce por completo la naturaleza de la labor ministerial o simplemente que ya no tendría cuadros políticos para ocupar esas funciones. Pero también la noción de “técnico” con que se autodefine el nuevo ministro señala el desprecio por la dimensión social y política, evidenciando que la consideración de lo técnico (que no necesariamente equivale a racional o razonable) será la base de sustentación de su ministerio.
Por cierto, la racionalidad técnica de los operadores no es inocente ni ingenua: ellos son intelectuales orgánicos al servicio de los grupos dominantes y de sus intereses en el negocio a la vez que en la empresa ideológica de la educación.
A esta “racionalidad” se suma la fuerza, la presión inmoral que alcaldes y funcionarios ejercen sobre estudiantes y sus familias. Algunos han negado la matrícula. Otros no la han abierto en algunos liceos. Otros liceos en reconstrucción curiosamente se incendian, con daños menores claro está.
¿Cómo leer esto con ojos críticos?
Esto se puede responder pensando en quiénes se benefician con ello. Si los liceos municipales pierden matrícula, entonces no podrán financiarse porque no habrá suficientes recursos vía subvención estatal, por lo cual habrá que cerrarlos. Pero como no se puede dejar sin educación a los niños y niñas de la comuna entonces no quedará otro remedio sino licitarlos, es decir, privatizarlos. Ahora ya sabemos quiénes se benefician. Y también quienes pierden: los estudiantes, las familias, los profesores, la sociedad en su conjunto. Perdón, no toda la sociedad: solamente aquella que no tiene las claves del poder, o sea, la mayoría.
Cuidado con el 2012.
No se acabará el mundo como dicen algunos tergiversando el calendario maya. Pero sí estamos asistiendo a un cambio epocal. Las nuevas generaciones demandan –y lograrán- una nueva sociedad, diferente, mejor, más justa; también con errores, problemas y debilidades, pero esa es la condición humana.
De todas formas, ¡cuidado con el 2012!

2 comentarios:

  1. Vale la pena revisar el movimiento estudiantil de 1919 iniciado en Córdoba y seguido en casi toda Latinoamérica. Duró 4 anos y los logros...bueno, no tiene por qué suceder lo mismo. Lo importante es el diagnóstico.
    Antes que todo hay que hincarle el diente al sistema binominal, si no jamás las grandes minorías, que al final somos todos, estaremos en la realidad. Seguiremos en el infrarrealismo de la sensatez autorreferente.

    Un abrazo

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  2. Por cierto, Carmen Gloria. Conviene leer al respecto el trabajo de Claudio Rama sobre las transformaciones del sistema universitario latinoamericano, donde justamente pone el referente en la revolución de Córdoba.
    Comparto también que las claves están precisamente en el ADN de la derecha y de su constitución: el lucro y la irresponsabilidad del Estado frente a la educación (ya no es un deber del Estado, sino un derecho de la familia: privatización perfecta, santificada por el sacramento del matrimonio?).
    Cambiar el sistema binominal no se ve fácil pero es posible. ¿Qué haremos si no se puede cambiar por la vía de los votos, esto es, de la democracia formal? ¿Podremos encontrar y construir otras vías democráticas para salir adelante?

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