Las reflexiones siguientes surgen de una ponencia realizada
el 27-28 de noviembre en los Coloquios Veracruzanos de Otoño 2012, organizados
por la Universidad Veracruzana de México, cuya perspectiva analítica de fondo fue “la universidad del futuro”.
Por otra parte, una de las banderas de lucha de los movimientos
estudiantiles ha sido recurrentemente la de “universidad para todos”, la
democratización de la educación superior y el acceso libre y gratuito a una
educación superior de calidad.
Los hechos señalan que si bien hay universidad para todos
(los que puedan pagar o endeudarse), la universidad es tremendamente selectiva
y, por lo mismo excluyente. Al menos tres preguntas se pueden poner sobre el tema:
¿qué es excluido? ¿hay exclusión al interior de la propia institución universitaria?
¿qué es seleccionado?
Primero, la universidad es excluyente en lo social; también
puede decirse que es selectiva. No todos ingresan a la universidad,
particularmente a aquellas universidades que representan garantías de seriedad
y calidad: no poseen los méritos suficientes –puntajes de pruebas nacionales de
selección para el caso chileno. Mirando más de cerca, quienes quedan fuera son
los de siempre: los pobres, los indios, los que no hablan castellano, los
lejanos, los diferentes. Quedan fuera porque no cumplen con los estándares de
una universidad que se construye sobre el modelo de la universidad europea.
También en la universidad hay exclusión epistemológica,
puesto que sólo algunos campos del saber son admitidos en ella. La mayor parte
del saber humano está fuera de la universidad, exiliado de sus aulas y, peor
aún, de las preocupaciones por su cultivo. Y en la propia estructura
universitaria, hay saberes y saberes. Primero, en la cima de todos, está la Ciencia,
con mayúscula, la ciencia objetiva y experimental donde –dicen- la subjetividad
no existe. En un peldaño más abajo, las “ciencias” sociales, que buscan
parecerse a la Ciencia pero no lo han logrado hasta ahora. Más abajo aún, unos
saberes que tienen ciertas lógicas y estructuras pero que, por cierto, no son
Ciencia: la filosofía, las humanidades, … Y al final, en la parte más baja de
la escala, las artes, que definitivamente no son Ciencia ni nunca lo serán.
Pero allí están, como una especie de pequeños lujos que nos damos. Pero también
son las primeras que saldrán del mundo universitario cuando las finanzas nos
obliguen a eliminar áreas y actividades.
Finalmente, ¿qué es seleccionado entonces? ¿Se trata del
ejercicio libre del espíritu que elige aquellos objetos que son relevantes en y
por sí mismos, buscando el avance del saber en cuanto tal? La iniciativa del
gobierno de Chile de pasar Conicyt al Ministerio de Economía deja pocas dudas
al respecto. Las alianzas con grandes empresas, las patentes, los proyectos
conjuntos que piden resultados reservados, todo ello indica que hay una mano no
invisible que también maneja, orienta y decide en torno a qué es la
investigación relevante. También esa mano decide qué deben saber los
profesionales y con qué profundidad. ¿No mucha para evitar tentaciones de
pensamiento propio? La iniciativa de acortamiento de carreras impulsada por el
Ministerio de Educación chileno también sugiere la respuesta.
Esto no es un juicio de valor, pero sí una mirada crítica acerca de la misma evidencia con que tropezamos cada día y con la que convivimos a veces
demasiado tranquilamente. Sacar a la luz nuestra propia matriz ideológica, el
conjunto de creencias sobre las que vivimos y actuamos, de las que no tenemos
conciencia, esa es una tarea auténticamente universitaria. Si creemos que la
universidad es un lugar de ejercicio de la libertad, por cierto.
Prof. HAWES:
ResponderEliminar*El compromiso con la democracia, la unión de teoría y práctica bases del pensamiento de Dewey en el ámbito de la reforma educativa. De los años del ochocientos.
*Es posición distinta, contraria a la democracia de "orden". Por lo que convendría establecer universidades con docentes y estudiantes de pensar alternativo y creativo que se oponga a la reproducción de la máquina-social-productiva-consumista-represora, identificadas por usted en la realidad chilena. Datos del blog suyo.
*Basado en lo anterior, formulo lo siguiente:
¿Es posible, según usted, establecer universidades en donde la enseñanza y el aprendizaje de "oficios y conocimientos" sean simultáneos?
Atentamente. Eulogio Chipana